Restaurante del Lago

El día de ayer acudí acompañado por otras personas a dicho restaurante, a la orilla de la carretera a Tuxpan, en Patoltecoya. Desde el interior se tiene una buena vista de la presa de Necaxa.

Es un lugar espacioso y tiene una terraza con algunas mesas que dan directamente a la citada presa. El paisaje, por desgracia, incluye construcciones, algunas inacabadas, por lo que se pierde algo del encanto natural del lugar. No obstante, vale la pena echar al menos un vistazo.

El ambiente es mayormente familiar, cuenta con un amplio estacionamiento al frente, y varias estancias en diferentes niveles. La ambientación no es nada especial, pero ayuda a que el visitante se sienta cómodo. La construcción de techos altos ayuda a mitigar el calor de esta temporada, aunque en el invierno se resiente el frío del exterior.

La carta no presenta novedades: platillos regionales, como las tripitas de leche en chiltepín; algunas muestras de la cocina nacional, como la carne a la tampiqueña; y una variedad decente de sopas, y entradas, aunque la carta de postres es muy limitada.

Al sentarnos, nos recibieron con una botana regional compuesta de chalupas poblanas y tacos sudados de chile con huevo, ambos de buen sabor. En ésta visita, tuvimos la fortuna de que las chalupas estuvieran hechas con maíz chocoyul, lo que indudablemente levantó mucho la sencilla presentación de esta botana.

El sazón de los platillos no es malo, aunque podría mejorarse fácilmente. La presentación de los mismos deja que desear, pues las porciones son apenas suficientes y no contienen prácticamente ningún elemento decorativo. Sin embargo, si no se tienen grandes expectativas, la comida no decepcionará.

Tienen servicio de bar con un surtido no muy amplio pero con buenas selecciones, como los tequilas Don Julio y Herradura reposado. En donde detecté una seria carencia es en el surtido de vasos para las bebidas. En este caso, no tenían copas coñaqueras ni vasos cortos para chaser.

El servicio es diligente y bien dispuesto, aunque tampoco se debe de esperar mucho debido a la naturaleza de restaurante campestre.

Los precios son muy accesibles, la única desventaja es que no aceptan ningún tipo de tarjetas, ni de crédito ni de débito.

Sin ningún empacho regresaría a este lugar, y si no lo conoce, le recomiendo se enfile por la carretera para visitarlo.