Coca-Cola Light, desabasto inexplicable

Mi querida familia y yo gustamos mucho de la famosa "Coca Light". Se encuentra con relativa facilidad en sus presentaciones de lata y de 600 ml. Lo que resulta toda una hazaña es encontrarla en presentaciones de 2.5 l.

En un radio de 4 cuadras a partir de mi domicilio, de memoria puedo recordar 2 supermercados, 5 misceláneas y al menos 5 negocios más que venden refrescos. De todos esos establecimientos, solamente dos venden la presentación familiar de la Coca Light.

Con regularidad desesperante, se agota dicha presentación y debemos esperar entre dos y seis semanas para que resurtan. Investigando un poco, las tiendas responsabilizan a la Coca-Cola de Huauchinango del desabasto, mientras que ésta hace lo propio con la de Pachuca.

Intuyendo que sería infructuoso pedir explicaciones en Pachuca, decidí llamar al teléfono "Hola", 01-800 de atención a clientes, para pedir que resolvieran el problema. Grande fue mi sorpresa al encontrarme con una grabadora contestando mi llamada, que me daba opciones de menú para acceder a ellas mediante el teclado de mi teléfono, pero en ninguna te respondía un ser humano. Probé oprimiendo todas las teclas de mi teléfono, para ver si alguna de ellas me llevaba con alguna operadora, pero no tuve éxito.

Un poco intranquilo por este fracaso, (no daba crédito que Coca-Cola no entendiera la imoprtancia de que sus consumidores pudieran hablar con alguien), decidí probar en Internet. Ni los sitios de Coca-Cola México, ni el de Coca Light, ni el de otros productos, proporcionan un número diferente al "Hola".

Más alarmado, decidí no enviar un correo electrónico y marcar un teléfono de ventas que la grabadora de "Hola" me había dado en alguna de ls opciones. ¡Por fin! Me respondió una señorita. Emocionado de que finalmente oía una voz humana, le conté atropelladamente mi odisea y le pedí su ayuda, explicándole antes que no deseaba comprar cientos de cajas de productos Coca-Cola, y que entendía que ese era un teléfono de ventas, no de atención al consumidor, pero que imploraba su ayuda. Un poco sorprendida, me escuchaba haciendo pesados silencios como evaluando si se trataba de una broma. Un par de veces me preguntó si deseaba comprar producto, a lo que le respondí que sí, pero en la tienda de la esquina de mi casa, cosa que no podía hacer pues no surtían la Coca Light familiar.

Cuando finalmente se convenció de que no estaba tratando con un bromista, accedió a ayudarme. Tomó mis datos y prometió reportarlo con la supervisora. Cumpliendo su palabra, lo informó a la persona adecuada, que desencadenó la pesada maquinaria de una mega empresa como Coca-Cola, resultando en que al día siguiente me llamaron para avisarme de que se habían hecho cargo de mi problema y que surtirían la Coca Light familiar.

Nuevamente cumplieron y a los pocos días reabastecieron a los lugares donde acostumbro comprar dicha presentación del producto.

Orgulloso de haber penetrado la extrañamente sólida coraza de Coca-Cola, me felicité por los resultados. Poco me ha durado el gusto, pues a un par de meses de dicha faena, hemos caído en lo mismo. Desde hace tres semanas no encuentro Coca Light familiar.

¿No podría hacer alguien algo al respecto? Por mi parte me estoy armando de valor para enfrentarme nuevamente a ese mounstruo burocrático que tiene secuestrada a la Coca-Cola. Ya les contaré cómo me fue.

Actualización al 11 de mayo de 2006.
Mandé un correo electrónico a la dirección (konec-t@coca-cola.com.mx) que aparece en la página de Coca-Cola México. Me rebotó diciendo que no existe tal dirección.